domingo, 17 de abril de 2016

Desvarío.

Rezumo incoherencia en forma de testigos supletorios. Transfiero los enigmas que tunelan mis entrañas a imbéciles bocanadas de sosiego desmedido. Colapso, deterioro y vaticino la luz tangente a las miradas en las que me pierdo. Y me sumerjo en la duda imperecedera para hacer crecer el viento cuando el tiempo se condensa. Arranco a mordiscos las alas de la arrogancia y desnudo el escándalo. Un exhibicionista tras la mampara de la ducha, un órgano inerte, un vestido recién comprado. Un gesto de parsimonia muestra, sin intenciones concisas, palabras que agotan el momento.

Purgo la conciencia del mil cadáveres. Destierro las ideas más obtusas hasta yacer sólo bajo la singularidad de la diferencia. Mezclo porciones de realidad ideal para corregir el "durante" y discernir lo que será mientras recuerdo lo que fui. Y sueño atrocidades que deleiten la curiosidad y vivo tormentos que me inviten a soñar. Sodomizo el lenguaje, libero al verso, confiero ingenuidad a quien recepciona y me olvido de seguir para poder continuar.

domingo, 31 de enero de 2016

Cambio a mejor.

Estoy contento porque quiero, porque obvio lo vivido. Porque puedo, mi conciencia me permite estar tranquilo. Soy yo mismo el que me guío, el que escoge su camino. Y si fallo no hay reproches, doy la vuelta y rectifico. Pues a veces las lecciones las enseñan los amigos; El cariño más sincero es el que tengo por mi mismo. Me quiero y me respeto, ya no juegan más conmigo.

Me siento completo, realizado y decidido, he dejado de engañarme planificando mi destino. Pensando en un futuro compartido y oprimido, sumido en tantas dudas que ahora ya no necesito. He conocido la tristeza mecido por la amargura, sopesando las promesas que sonaban con ternura. He escrito y dibujado a merced de la  locura y a la hora de confesarme he superado la tortura.

Soy feliz porque me cuido y me cuidan los que quiero,  mi familia y mis amigos son la gente que sostengo.

miércoles, 20 de enero de 2016

A estrenar.

Punta en blanco de capa caída, una mueca torcida y la copa vacía. De luto el ingenio, la ironía reía. Mi reino de vuelta, tu ya lo sabías.

La risa se frustra, gobierna la ira. Ya hasta disgusta la prosa más fina, el verso perfecto, la broma tardía. Carece de forma el discurso que había.

La emoción se disipa, ya no se promete. El silencio anticipa el golpe más fuerte, el beso que miente casi sin verte. Y mientras la chispa se apaga al instante.

Escueto y conciso se vuelve el momento, el cuerpo se curte, en la mente un tormento. Y sin alimento que amanse al distante, ni tan sofocante será el juramento.

Y de nuevo la letra trae el sosiego, un escrito que anule todo el mal ajeno. Que libere la psique, que rechace el dinero, que me haga seguir cuando yo ya no puedo.

martes, 1 de diciembre de 2015

Inestable.

Y que no te de por pensar. No te salgas de la fila. Sigue viviendo rodeado de desconocidos con los que apenas te diferencias. Mira friamente a tu alrededor incapaz de verlo. Sigue apilandote en las monótonas cajas de cerillas que ensucian los paisajes. Sigue empeñándote en mirar al futuro, en tener expectativas acordes a tu intelecto, a tu físico, a tu estupidez... Sigue soñando con el dinero que pagará una casa, un coche, una persona que te aprecie. Sigue estudiando para tener ese trabajo en el que gastar el tiempo. Sigue trabajando, perdiendo una hora tras otra en busca de ese fajo de billetes que te de la felicidad. Sigue a la gente, sigue siendo uno más del montón, sigue conformándote con lo que es normal, con lo que parece mejor. Sigue la norma impuesta, manten la imagen digna y la guarda la compostura. Sé educado, simpático, agradable y miente sin reparo. Sé un hipócrita, un envidioso, uno más... Sé diferente, tan diferente como el resto.

Y me delato contraproducente... ¿Cómo sería la vida en un mundo libertino? ¿Qué sería de un mundo en el que reinase la discordancia, la completa libertad de expresión? Todo empezaría gradualmente, el cambio sería polémico y conflictivo. Las diferencias separarían a la gente, brotarían las disputas, se generarían enemigos que hoy día se mantienen latentes por conformismo. Sería la guerra, serían bandos, competiriamos por imponer nuestra forma de pensar. Volveríamos a nuestros inicios, a ser meros personajes irracionales sobreviviendo por instinto.

Y es mi opinión, una más entre tantas, otra forma de pensar, que no sobresaldrá del resto. Quizás otra mentalidad impuesta. Un resquicio de personalidad, estragos de la madurez.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Busco.

Busco calamidades que desaten la pericia, que amorticen las horas pérdidas en los folios con los que me abrigo.  Busco confidencias clandestinas que encarcelen los corazones más sinceros, que destapen las esencias que conservo en mi buhardilla. Busco escusas esponjosas en las que apaciguar el llanto de madrugada, cargando copiosas tempestades sobre los hombros más escuálidos. Busco la acuosa sencillez ilegible de la que hace gala la luna al mediodía coronando el firmamento fría y desapercibida, como las letras sigilosas, envidiosas del sonido hueco de un aplauso. Busco heroicidades casuales  e ilegalidades premeditadas. Busco la singularidad en un gesto ambiguo que destaque al desaparecer, que aparezca cuando quepa destacar.

Busco una boca de caramelo en la que jugar sin falsas apariencias, una bicicleta con la que sobrevolar el mar y sumergirme en la tierra. Busco un calcetín con el que abrigarme en otoño y al que poder llenar en invierno, una cortina opaca por la que ver el paisaje. Busco la simpleza de un pestañeo que destape el cielo y te haga abrir los ojos. Busco imágenes que alimenten y sonidos que apacigüen la sed. Busco locuras con  las que evadir el miedo a la muerte y hagan reírme de la vida.

Busco pero no lo encuentro. Busco... Y mientras, sigo escribiendo.

viernes, 30 de octubre de 2015

Tan perfecto...

Detener el tiempo. Sería tan perfecto romper el reloj que rige nuestras vidas y suspender la realidad. Estancar la fluidez de un instante prolongando el placer y la agonía. Jugar con el sonido hueco de un silencio interminable y ahogar un grito en la nada. Sofocar el frío, acallar el miedo, liberar la euforia que corrompe nuestra compostura. Se tornaría tan intenso un gemido, tan callada un queja, tan piedosas las mentiras que recalco a espesa tinta, que truncaría los planes de las diosas concebidas por el tiempo.

Rejuvenezco en los días perdidos que excluye el calendario dejando el año incompleto para aquellos que miran con los ojos. Observo con la parsimonia del aburrimiento el desfile de las horas sobre el horizonte. Y cual funanbulistas despeñándose tras la función, los minutos decaen dejando a su paso los rescoldos de lo que antaño fueron. Y serán segundos agonizando los que aclaren las ideas que rezumo,  sopesando las sospechas que padezco y aliviando el castigo que comparto.

Sería tan perfecto detener el tiempo y escribir, y escribir, y escribir hasta cansarme de mi.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Mis vías.

Y un viaje más me curte, murmullos imbéciles, cotillas, carentes de sustancia flotan. Silencios entrecortan la estupidez por cada sombra, por cada curva cerrada me agarroto. Por cada parada me desvelo. Y prosigo.
Un viaje más me aburre, me acerco al punto por el que parto rodeado de desconocidos y falsos parlantes con voces temblorosas por el traqueteo. Soles y sucias nebulosas se ciernen sobre mi momentos antes de desvanecerse. Instantes después me sepulta la ignorancia. ¿Que hago aqui? Vengo porque dejo mis raices. Estúpido atisbo de desdén el que corona mi llegada al horizonte más cercano. Ya no lo sostengo. Dejo caer el lápiz que me llenó de júbilo, que colapsó los pulmones de quienes nombran y renombra la letra de quien escribe. Suelto desesperado un amigo al que cambié por la sensación de haber llegado al destino.

domingo, 26 de abril de 2015

Rima libertina.

La casa estaba abandonada, apartada del mundo que lo rodeaba. Marcada por una tragedia pasada que por mucho que intentaba, no ocultaba. Demacrada por la lluvia que lo azotaba sobrevivía.

Había arpías que lo perseguían. Tratarían de atraparlo a sangre fría cacería tras cacería, estaría a merced de la ira que les domina. Sufría... Sabía que su final llegaría en cualquier momento.

Cada argumento a tiempo, estaba atento al sentimiento que cada actor albergaba por dentro. Otro intento más cruento lo dejo sin aliento. Tan sangriento fue el portento que terminó callando.

De vez en cuando ahorrando palabras me desangro. Del fango intento salir nadando, llegar a esa orilla que ansío sin descanso. Esperando que alguien amaine el viento de un soplido.

Un castigo divino olvido. La penitencia, el tiempo perdido entre los folios que usaba de abrigo, entre el amigo que he sido y el enemigo que escondido acecha siendo testigo del estropicio.

Se convirtió en vicio y no habrá juicio que le devuelva el ocio que perdió. Con aquel negocio que fue propicio del final mas trágico. Lo albergó el hospicio más mágico que encontró. Y entre rima y rima los desvaríos acabaron con este prestidigitador....

miércoles, 15 de abril de 2015

Decadente.

A menudo siento la necesidad de escribir algo escueto, capaz de comprimir la existencia en un suspiro. Otra veces emborronó decenas de páginas con palabras descoordinadas que no significan nada. En ocasiones me distorsiono hasta subyacer sobre tinta caramelizada que late, y late, y late empapando el folio sobre el que duermo cada primavera. Ni yo me entiendo pero me desato y con cada arrebato un nuevo amanecer se me abre y una nueva frontera se cierne sobre mi. Sepultado pues, de mis sueños me despierto para volver a dormir.

Cada día la monotonía me nutre, me enciende para soñar las palabras que el mundo discrimina. Acaricia, toca, golpea con estímulos tan feroces que a menudo pasan desapercibidos. Aburre. Tranquiliza y anestesia de mil formas diferentes pero idénticas. Galante prohíbe la locura sin discernir quien esta cuerdo, sin discernir quien esta loco. Me escondo tras muros de plastilina sabiendo que cada golpe moldea mis defensas, creando traumas inhumanos a los que la gente se ha acostumbrado. Y es entonces cuando vuelvo a caer y me aburro. Me evado del mundo que me rodea, categorizo la prosa en versos efervescentes, en diminutas explosiones de conocimiento innato, en pedazos de emociones, en resquicios de luz capaces de iluminar las mentes mas oscuras.

domingo, 5 de abril de 2015

El teatrero. (+18)

A estas alturas he comprendido cada rincón de mi ser. Me conozco como nadie jamás me había imaginado. Ya no me asusto ni me sorprendo, ya no busco indulgencia por cada atrocidad que cavilo. Controlo cada voz que retumba en mi cabeza sedienta de terror. Aprendí a verme tal y como soy, a no negar lo obvio ni a cambiar mi naturaleza. Son muchos años conviviendo con todas mis facetas y por fin las entiendo. Por fin entiendo el porqué aunque no recuerde desde cuándo. Al fin reconozco cómo, pero no el qué me hizo reaccionar... Finalmente me acepté y la locura se desató.

...

El habitáculo se torno de rojo. Sangre fresca salpicaba la grandiosa lámpara de cristal que colgaba del techo a varios metros de altura, plasmando sobre las paredes cientos de reflejos carmesí. La puerta bloqueada por las estanterias cercanas, decenas de libros inundaban el suelo. El fuego se extinguió en las entrañas de la chimenea. Las luces tintineaban. El viento gritaba al pasar a traves de los cristales rotos de la ventana por la que momentos antes salió la cabeza del novio. Su cuerpo aún yacía inerte dentro de la estancia. En el medio, bajo la lámpara se encontraba un pequeño taburete, la soga preparada.

"Quiero casarme contigo." la obligué a escribir en la pared con la sangre que brotaba de sus falanges cortadas. Gritaba, lloraba y se retorcía. Era su primera vez, pero no la mía. Deje que subiese sola al taburete, sus pequeños pies descalzos se tambaleaban al son de sus piernas. Nos miramos. Todos se imaginaban lo que pasaría, solo se lo imaginaban. Seguíamos mirándonos. Sin pestañear pegue un patada al taburete...

Antes de caer la abracé en el aire y ambos chocamos contra el suelo. Se encontraba sobre mi, con los ojos bañados en lágrimas, tan maravillosamente bella como siempre. Nuestras miradas se cruzaron de nuevo y me besó.

...

Tras ese beso se cerró el telón desatando los aplausos del público que albergaba el teatro y calmando mi locura.

martes, 31 de marzo de 2015

Ave Fénix.

Perder el hilo. Caer en las garras de la incertidumbre, aferrarse a un dudoso recuerdo y resurgir.

Puede que también lo entiendas, puede que llegues a comprender o puede que ni las palabras lo asimilen. Es posible que tras el primer revés agonices o recobres la compostura. El segundo te devolverá a la realidad... Aguanta. El siguiente dormita insatisfecho, ¿lo sientes? Escribes. Rozas la inmortalidad bajo suspiros de tinta, párrafos de desenfreno decadente, versos anónimos de felicidad. Te deasahogas en tu soledad ingobernable buscando calor, paz... Un resquicio de sensatez, un pedazo ínfimo de cordura que seque las lágrimas. Desistes por momentos, apelas a un sentimiento que olvidaste, a un defecto que elegiste, a una virtud que añoras. Comienza tu segunda parte.

Un nuevo principio catapulta tu mirada al horizonte. Destellos de alegría iluminan sonrisas despistadas. Fogonazos de autoestima inundan esos ojos verdes. Aún dudas, todavía sientes, desde luego vives. Instantes lunáticos nublan tu futuro, segundos inciertos de felicidad absoluta. La inseguridad se palpa paso tras paso, mientras caminas renaciendo de tus cenizas.

jueves, 19 de marzo de 2015

Mentiras.

¿Qué tal se te da mentir? Es un juego entretenido como ninguno y las sorpresas son ilimitadas. ¿Las reglas? Solo hay una realmente importante y podéis imaginar cual es... Bajo ninguna circunstancia pueden trabarte. Parece sencillo, pero cuanto mayor sea la mentira peor será su reprimenda o castigo, he ahí la gracia del juego. Riesgo, diversión e incluso sustanciosas recompensas, vale la pena intentarlo ¿no?

Luego podemos catalogar diferentes estilos, ya sea por diversión, por necesidad, por aburrimiento o por piedad, las famosas mentiras piadosas. Estas últimas en teoría tienen mayor índice de "perdón" pero pueden dar mucho juego en diversas situaciones. Entre las más famosas están los Reyes Magos, Papa Noel y el Ratoncito Pérez. Con las cuales hemos tenido que liadiar la inmensa mayoria durante algunos años en la infancia. Por otro lado, esas mentiras que se sueltan por el mero hecho de aborrecer una acción: "-Cari, ahora no que me duele la cabeza..." Tan sutiles como falsas, sin duda. O todas esas veces que hemos mentido por pura necesidad. El escenario puede ser muy variopinto, pero la necesidad normalmente es la misma: Ocultar algo sin hacer o sin terminar con el fin de conseguir tiempo extra. Estas mentiras suelen ser de lo más flojas que puedes encontrar, tienden a ser la primera idea "genial" que se nos pasa por la cabeza, pero que en voz alta no deja de ser una estupidez: "-¿Fulanito y los deberes? - Es que... No sabía hacerlos..." Escusas baratas que no llegan a menudo a buen puerto. Y por último pero no menos importantes, están esas mentiras que contamos por diversión o por entretenernos. Estas son sin duda las más laboriosas y las que dan mas juego llegando a durar años si sabes como montartelo. No daré ejemplos esta vez, que cada cual piense en la suya.

Llegados a este punto me atrevería a decir que la mentira es un arte, un arte muy traicionero capaz de darte o quitártelo todo. Para optar a él se necesitan aptitudes que desde hace poco están floreciendo de una forma alarmante en la gente. Hace falta sangre fría, mucha sangre fría para poder mentir a la cara de alguien y no inmutarse. También es necesario deshacerse de los escrúpulos, una buena mentira se lleva a cabo caiga quien caiga. Pero la más importante de todas y que le falta a muchos mediocres mentirosos es, sin duda alguna, una buena memoria. Puedes mentir todo lo bien que quieras, ser el mejor inventando. Pero acuerdate de a quien engañas y con qué. Si no... Que puedo decir, no habrá servido de nada.

Y por esa razón, después de escribir todo esto pienso... ¿Vaya manera de complicarte la vida no? Con lo sencillo que es hecharle narices y decir la verdad quitándote de en medio todo ese relleno de mentiras... Con lo sencillo que es decir la verdad... ¿Cuándo aprenderemos...?

sábado, 14 de marzo de 2015

De palabra...

Cuantas noches interminables me preceden y cuantas me esperan. Tantas horas vacías, repletas de sinvivires y sinsentidos, sin razón alguna por la que sacarlos a la luz. Quizá solo el aburrimiento desate la lengua y anude firme la soga de la vergüenza. Quizá mis horas muertas revivan mientras duermo, razón por la que añoro en sueños momentos en los que aún estoy despierto.
Comenzaré pues, a relatar las vivencias que a media noche me desvelan, con fina prosa y ritmos matutinos. Al son de un café ya frío atentaré contra mi privacidad dejando al descubierto vestigios de un pasado que no olvido. Y cada atardecer cuando la inspiración se desvanezca me quedaré esperando impaciente a que vuelva con la intención de abrirme camino.

Sera mi pequeño cometido, otro más que terminaré antes si quiera de empezar a escribirlo...

sábado, 7 de marzo de 2015

Modesto egocentrismo.

Mil palabras imbéciles me perturban cuando duermo. Un millón de letras desorganizadas me persiguen cuando ando. Y mientras, esa mente inquieta me lee entre lineas y encuentra lo inimaginable. Palpa mi sensatez hasta volverme loco y lo tangible se vuelve etéreo... Las palabras me despiertan, las letras me alcanzan y tu sigues leyendome incansable. Si quieres más tendrás que seguir palpando, indagando y conociendo. Tendrás que dejar de mirar y comenzar a observar con detalle. Hazme el favor, son pocas mis lineas, cortos mi escritos y difusas mis intenciones, pero si continuas... Bajaré tu luna, apagaré tu sol e iluminare esa estrella que te llama tanto la atencion.

sábado, 14 de febrero de 2015

"Reescribo"

Escribo y escribo, sigo escribiendo mas no lo consigo. Me falta el valor, carezco de sentido. Oprimido... No encuentro la forma de llenar el vacío húmedo y frío en el que respiro. Alicaído sigo, con trazo fino dibujo el camino y miro... Vuelvo a mirar afligido mi rostro dormido y decido; no caeré abatido presa del sinsentido que me rodea y por el que vivo.

martes, 10 de febrero de 2015

Mañana por la mañana.

La sabana a la cabeza con los pies al descubierto. La almohada en el suelo junto al edredón y plumas sueltas. Ojeras.

Tumbate que no pararás quieto. Cuenta ovejas si las encuentras. Duermete, pero no descanses. Y levanta que tienes sueño. ¿Verdad? La persiana te delata, las cortinas te ensombrecen. El sol te busca. ¿No crees? Los pantalones bajo la cama, la camisa sobre la silla y un calcetín perdido. Tu móvil descargado se ilumina. Él tiempo se relentiza tirado en el colchón. ¡Despierta!

Los ojos quieren pero no se abren. La boca mastica el aire, traga. Los músculos se estiran, despiertan, menos tú. Tú no. Tú te vas a quedar dormitando durante horas para acabar diciendo: "No volveré a beber..."

domingo, 8 de febrero de 2015

Adiós...

Frío... Un vacío lleno de insatisfacción, una pausa resquebraja el suspiro moribundo. Termina, carece de sentido buscar esa explicación que anhelas con pavor, con miedo, sin vida...

Triste, es triste... Sigue el curso de la inmortalidad hasta romperlo en cientos de pedazos, trozos tristemente apartados de la realidad. Nos apartamos de aquello que con certeza conocemos para soñar en vano...

Se acaba... Y no vas a evitarlo, jamás podrás, por mucho que lo intentes. Asume, sientelo y continua. Es la única manera...

Sonríe si tienes el coraje necesario, no actúes, no te engañes. Te quieres, te quieren. Sobrevive.

Mi feliz cumpleaños.

sábado, 7 de febrero de 2015

El comienzo.

A menudo cuesta empezar a escribir, lo sé por experiencia. A veces me planto frente una página en blanco con cientos de ideas diferentes,  tengo tantas cosas por escribir... Y al final nada, cierro la libreta sin saber si quiera como empezar.
Es frustrante tener tanto por decir y retenerlo de una forma tan estúpida. Bloquearte y seguir guardando esos pensamientos como si de trastos se tratase acumulando polvo en un rincón, acariciando el olvido.
Pero ni que decir tiene que no siempre ocurre. Por suerte existen esos momentos de grandeza, esos instantes de suma inspiración que consiguen brotar palabras de los terrenos mas áridos. Meros segundos colmados de tal determinación que nos hacen capaces de rellenar línea tras línea sin parpadear.
Y es que a menudo cuesta empezar a escibir, mas cuando empezamos tan solo somos... una palabra tras otra.